"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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20-08-2008

Carlos Amir González

 

DIALOGO DE PARTES

 




Converso con el hombre,

que siempre va conmigo

quién habla y solo espera,
  hablarle a Dios un día.

Mi soliloquio es plática
con este buen amigo

que me enseñó

el secreto, de la filantropía.

   ANTONIO MACHADO

Eran los tiempos en que el hombre estaba rodeado y acechado por los desatados elementos de una naturaleza que no comprendía, y a la cual mucho temía, desde su insignificancia dentro del planeta y de las distintas especies que lo habitaban, en grandes selvas, en extensas sabanas y en anchurosos y profundos mares.

Una de tantas frases hechas y compartidas en el mundo contémporaneo es la de 'un hombre temeroso de Dios y de los hombres'. Esta frase que caracteriza a un hombre prototípico de todo tiempo, es de buen recibo por parte de quienes entienden que una 'buena conducta' deviene del temor a alguien superior o más fuerte. Esto ha sido una constante en las distintas etapas del desarrollo histórico de la Humanidad para producir una Condición Humana SOMETIDA Y DOMINADA por el SUPERIOR Y MAS FUERTE.

Jesús, quienes muchos reconocemos en su mensaje Valores Liberadores, dijo en su momento ' ...al César lo que es del César (poder sobre los hombres en la tierra) y a Dios lo que es de Dios en los cielos (poder superior espiritual no terrenal)...'

Lo cierto es que en los miles de años que la Humanidad lleva construyendo distintas y diversas Civilizaciones, Modos de Vida y Convivencia, Proyectos Económicos y Sociales de Desarrollo y Progreso, Sistemas Regionales Internaciones para la Elevación de la Calidad de Vida de las mismas, a los efectos de construir un mundo equilibrado que contuviese a seres humanos con sus derechos y necesidades resueltos y contenidos de manera plena y sostenida. Pero eso no ha sido posible, por lo contrario las 3/4 partes de la Humanidad hoy viven pobres, hambrientos, indigentes, sidóticos, amenazados por fenómenos naturales de un planeta climatológicamente en quiebra, donde enfermedades preventivamente curables causan epidemias que matan por miles, donde la educación y la cultura ya no sirven para millones que entre el 'discurrir de su vida y su muerte' no encuentran nada que se parezca a 'lo humano', 'todo de lo humano les es ajeno'.

Hubo momentos en la historia humana en que los sometidos, dominados, fueron capaces de romper sus cadenas. Quizás el problema haya sido que después de romperlas, el peso de las mismas en sus muñecas y tobillos, en la historia de sus mentes y corazones, haya seguido siendo necesario para 'mantener el equilibrio'.

Los mitos, las tradiciones, los tabúes, las milenarias costumbres, el orden establecido, sistemas educativos y culturales que cercenan al ser humano en sus capacidades de investigación y creativas, sometiéndolo a dogmas y prejuicios que nada tienen que ver con las necesidades y realidades del actual mundo contémporaneo.

En países, regiones, sistemas, que estuvieron lindantes con resolver en 'gran parte' las problemáticas de la humanidad que contenían - caso Estados Unidos con su 'modo o estilo de vida americano', los 'Estados del Bienestar Social Europeos', los primeros años de los países socialistas - en todos hoy puede observarse rotundos fracasos en la sostenibilidad de esos proyectos, fundamentalmente por la existencia de pequeños grupos sociales que acumulan toda la riqueza, mientras dejan a las mayorías en la indigencia.

Por el Sur de las Américas hoy andamos con una mesurada alegría. Un duende liberador que anda entre nuestra gente hace mucho (Chico Buarque, ¿ Qué Será ?) preguntando y preguntándose cosas, cuestiones, ha cobrado forma de voluntad y decisión de emprender nuevos rumbos, con nueva gente. Lo hace rodeado de mucha decrepitud y antivalores, pero con semblante y tono esperanzador y contagiante.

Por millonésimas razones, no dan los tiempos para saber si hay que desandar caminos, o construir nuevos caminos. Lo que si está claro es que las distintas partes que componen la Humanidad deben construir un Díalogo Planetario, que no admite la menor demora.

Para quienes habitamos en Paraguay, este pasado 15 de agosto, Fernando Lugo al asumir la presidencia nos recordaba:

'Renuncio a vivir en un país donde muchos no pueden dormir porque tienen hambre, y donde otros no pueden hacerlo porque tienen miedo'.

Para liberarnos de la dominación y el sometimiento de seres superiores o fuertes, liberemos las amarras de la barca de la libertad, y con decidida tripulación de mujeres y hombres naveguemos en pos de un mundo nuevo. Donde en el alto cielo se escuchen 'nuestros gritos' y en la tierra construyan 'nuestros actos'.

**Dedico este artículo a mi compañero Hugo Couto, quién después de años de lucha y prisión, hoy 'como del rayo' me entero que ya no está con nosotros.

 

 

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